Conversación Whatsapp real que acabo de mantener:

Nuria (yo): Hola, te he llamado antes para comentar varias cosas de la propuesta

Cliente: Sí, he visto tu llamada, perdona. Luego te llamo, ahora estoy reunido

Nuria: ok, abúsame cuando puedas

Nuria: perdón,…¡¡avísame!! (este corrector…)

Cliente: te abusaré enterita 😉

Cliente: te avisaré enseguida (este corrector…)

Menos mal que contamos con el humor (y con el rubor) para reaccionar ante las meteduras de pata del mal-llamado “corrector ortográfico”, que cambia palabras en nuestro nombre y se queda tan ancho al enviar “abusos” en vez de “avisos” o “besugos” en vez de “besos” (algo muy común también). Así que lo mejor es hacer como yo: desactivarlo.

Y es que si nos paramos a pensar, son tantos los “correctores” de todo tipo que utilizamos por hábito a menudo aunque no nos convenza su resultado… tipex que no cubre, antiojeras que empastan, blanqueadores dentales que no blanquean, fajas que marcan cartucheras, correctores ortográficos que inventan… Esto demuestra una cosa: que todos somosimperfectos.

Sin embargo, hoy estoy feliz de haber dado con un “corrector” que funciona. Sí. Se trata de un tratamiento láser que me hice en la cara hace varias semanas con el objetivo principal de eliminar pequeñas marcas, suavizar pequeñas arruguitas y mejorar el aspecto general del cutis. Un objetivo que se cumple progresivamente a medida que pasan los días y que ahora ya es evidente.

El proceso fue muy sencillo: tras ponerme crema anestésica en la cara para evitar molestias, me aplicaron el láser con la potencia adecuada para mi piel. A parte del calor intenso que fui notando a medida que pasan el cabezal del láser, no noté más molestia. Tras terminar con el láser, me aplicaron una crema para refrescar y calmar la piel. Y para mi sorpresa, el último paso fue un protector solar con color. ¡El protocolo no pierde detalle!

Mentiría si no dijera que salí un poco hinchada y con rojeces circulares en la cara (pues el cabezal del láser es circular). Y aunque la crema con color lo disimula, lo mejor es tomarse el “día libre” y quedarse tranquilita en casa. Entre otras cosas, porque no puede darte el sol.

La intensidad de los efectos secundarios varían según la persona y se limitan a la hinchazón y las rojeces que desaparecen en varios días pero que no suponen ni el más mínimo dolor, escozor ni nada similar. Y lo mejor es que a medida que van pasando los días, poco a poco, la piel se va regenerando de forma progresiva, pues ésta responde a la “agresión” del láser creando colágeno y regenerando el tejido.

Hoy, tres semanas después, puedo asegurar que este corrector sí funciona. Tengo la piel más lisa, más tersa y las marquitas prácticamente han desaparecido. Y eso que el efecto aún continúa…

La única rojez que tengo ahora es del rubor que me provoca la conversación reciente con el cliente… que también continúa 🙂

Leave a Reply