3 de Abril de 2012

Perder 8 ó 9 quilos no te cambian la vida. Pero sí te reconcilia con muchos aspectos de ella. En mi caso me ha reconciliado con el espejo, con la báscula, con el biquini, con las verduras, con la fruta… conmigo misma e incluso con la hija de mi vecina, de 6 años, que el verano pasado, en la piscina, me preguntó si tenía un bebé en la barriga… Me quedé estupefacta. Aunque me sobraban unos quilos y nunca he tenido cintura de avispa, lo del embarazo, cuando no lo estás, no hace gracia ni aunque venga de una niña de esa edad. Me quedé más tranquila cuando al momento le hizo la misma pregunta a otra chica que se bañaba y que no llevaba más de una talla 38. Y entendí todo cuando me fijé en la colección de Barbies esqueléticas que estaban tomando el sol en su toalla: un baremo distorsionado de la realidad por el cual no sólo yo sino todas las mujeres de la piscina estábamos embarazadas.

Cuando yo tenía su edad jugaba con unas simpáticas muñecas que se llamaban “Barriguitas”. Imagino que eso lo explica todo. Tengo que decir a su favor, que las barbies anoréxicas estaban impregnadas de protección solar infantil desde los pies hasta el pelo… ¡mientras que a mis barriguitas hoy se les caería la piel a tiras! Creo que esta anécdota refleja la importante y delicado que son ciertos temas e influencias en los niños, pero me voy a limitar a contar esta anécdota en clave de humor.

Y es que el humor es muy útil. A mi me ha ayudado a la hora de seguir mi dieta… Y también a la hora de explicarla, como he intentado hacer en esta libreta. Y a sólo una semanita de terminarla (la libreta y la dieta) ¡ya me está dando pena! Aunque al principio me costó, e incluso al final he tenido algún desliz ya corregido, mi puesta a punto está llegando a su fin, aunque el mantenimiento también va a ser todo un reto.

En este tiempo, gracias a las pautas médicas, he aprendido a comer y tener hábitos saludables… También he descubierto (con mi afición a los patines) que tengo más músculos de los que creía. Pero lo mejor de todo (y gracias al afecto moldeador del LPG) es que… ¡tengo cintura! El LPG es la guinda de la dieta. Un regalo que me he hecho y que recomendaría a cualquiera de mis amigas…

Y hablando de amigas, tengo un regalo para una de ellas: mi vecinita de 7 años. Es algo que he encontrado en mi baúl de los recuerdos y que voy a llevarle ahora mismo: ¡una de mis antiguas y queridas Barriguitas! A cada edad, su regalo…

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