Carlos es alto, atractivo, tranquilo y luce un uniforme que le delata: es piloto comercial. Tiene 41 años y tras casi 20 casado, se acaba de divorciar, por lo que está iniciando uno de los despegues más complicados de su carrera: el que pone rumbo a una nueva etapa personal. A su pesar…
De joven, Carlos sufrió un acné agresivo con las consecuencias que eso conlleva (tanto en su piel como en su autoestima) pero que (tras probar diversos remedios poco efectivos) finalmente pudo zanjar con un tratamiento, en su día novedoso: el Roacután, que eliminó su acné y devolvió a su piel un aspecto saludable que además le ayudó a reparar sus inseguridades… incluso a pesar de que las marcas no se borraron de su piel. Marcas en las que Carlos ni se había percatado hasta hace unos días, cuando en un arrebato impulsivo se afeitó la espesa barba que había sido su seña de identidad durante muchos años.
Con este nuevo look, simbólicamente, estrena una nueva etapa de “soltería” que ha decidido afrontar lo mejor posible… Con humor, con coquetería, con un bono a un gimnasio y con una cita con el Doctor Morano. Como él dice: “Al mal tiempo buena cara”. Está dispuesto a aprovechar los avances dermatológicos para eliminar las marcas de acné que ahora le devuelve el espejo. El doctor le ha recomendado un tratamiento láser que las va a borrar. Las marcas, las cicatrices e incluso, de paso, alguna arruguita de más. Literal. Sabe más que nadie que en este momento emocionalmente delicado, su aspecto físico le va a dar más seguridad.
Superar su ruptura será cuestión de tiempo…
Un tiempo que Carlos siempre traduce a horas de vuelo. Ya está impaciente por despegar…