Puede que pocas comidas recuerden tanto al hogar de padres y abuelos como un pollo asado con guarnición de patatas. Un plato que puede recordar a fines de semana de reuniones familiares y que, amén de su cocina en el horno, puede hacerse de muchas maneras distintas: con vino, aderezado con hierbas, en su jugo, al limón…

A pesar de no ser un plato excesivamente calórico, sí puede llenar bastante, de modo que acompañarlo, además de con las consabidas patatas asadas, de una ensalada verde siempre será buena idea. Y aunque existen tantas posibilidades como formas de cocinar el pollo, una sencilla a base de espinacas y tomates cherry es una gran opción.

Bon profit!

Fuente vogue.es

Leave a Reply