María es empresaria y madre de dos niños. Es una mujer organizada y detallista a la que siempre le ha encantado preparar las cosas con antelación, con gusto y con cariño. Ya sea una cena romántica, una día de playa o una celebración…
Pero la doble maternidad le ha cambiado la vida. ¡Y los hábitos! Está convencida de que a los días le faltan horas… Menos mal que ha sabido adaptarse felizmente y ha aprendido a disfrutar del placer de la improvisación. Y tampoco se le da mal: las cenas románticas se han convertido en encuentros furtivos en la cocina, los días de relax en la playa en jornadas maratonianas en la arena y en su último aniversario compartió noche de pasión con con su marido… y con el pequeño de sus hijos (¡gripe manda!).
Hoy no hay nadie más feliz que ella en la consulta. Y no sólo por el ratito de desconexión. Decidió que si tenía que improvisar… ¡tenía que estar siempre a punto! (coqueta que es una) y está encantada de la decisión. Empezó eliminando varices, continuó eliminando vello y hoy va a empezar a eliminar flacidez.
Le parece el dinero mejor invertido y amortizado de su vida, pues se ha traducido en algo muy valioso para ella: ¡tiempo!