Los médicos estéticos recomiendan aprovechar el verano para mejorar nuestra alimentación y hacer ejercicio. Hay que desconfiar de las dietas relámpago y comenzar el verano con nuevos y saludables hábitos que deberán mantenerse pasadas las vacaciones. Conviene aumentar el consumo de frutas, verduras frescas y pescado: una agradable forma de mantener el peso ideal y combatir el calor. Es necesario, además, hidratar correctamente el cuerpo, consumiendo al menos dos litros de agua o zumos naturales.
Una gran opción para conseguir ambos objetivos es el tradicional gazpacho: al tomarlo ingerimos gran cantidad de vitamina C y sales minerales que se pierden en verano con el calor. Además, las vacaciones nos proporcionan la excusa perfecta para hacer algo de ejercicio: basta con dar un agradable paseo por la playa o el campo, empezando suavemente y aumentando el ritmo poco a poco, para beneficiar a nuestro organismo.