La reciente prohibición de fumar en lugares públicos hace que cada vez  haya  más  fumadores   que quieren liberarse del tabaco. Además de contar con productos farmacológicos,  de  sustancias naturales como la fitoterapia y  la homeopatía y de sustitutos de la nicotina, contamos con una serie de acciones para ayudar a vencer el síndrome de abstinencia y aliviar los desagradables efectos producidos por la adicción.

Entre esas acciones destaca el buen hábito alimentario que deberá adecuarse a la nueva situación y poder controlar el ansia, el stress…, que muchas veces conlleva un importante aumento de peso, que  incluso puede hacer fracasar el intento de abandonar el tabaco.

ALIMENTACION REVITALIZANTE

Fraccionar la alimentación en tres comidas principales más dos tentempiés al día, con el fin de limitar la necesidad del picoteo.

El desayuno debe contener fruta, lácteos, cereales y alguna proteína. Sustituir el café por té o infusiones como poleo, menta, tila.

La comida del mediodía debe estar compuestas de verduras en sus múltiples preparaciones, crudas, en purés, hervidas, al vapor…, las carnes y pescados a la plancha, parrilla o al horno, y varios días a la semana debe contener glúcidos de absorción lenta, como las pastas, el arroz.

La cena tendrá las mismas características que la comida, pero algo más ligera en cantidad, sustituyendo carnes por huevos en tortilla, revueltos, escalfados…, fiambres caseros, quesos frescos, pescados ligeros.

Para los tentempiés cereales, frutas y verduras crudas.

Evitar azúcares de absorción rápida (chocolates, bollería) y grasas. Aumenta el consumo de alimentos ricos en fibras, en vitaminas y en hierro.

Cocinar preferentemente al vapor para conservar y preservar las vitaminas y minerales de los alimentos.

Evitar platos muy especiados, picantes y de sabores fuertes.

Evitar alcohol y cafés. Beber infusiones y 1,5 l. al día de agua.

Practicar alguna actividad física, ejercicios de relajación y masajes con aceites esenciales para relajar tensiones.

Cultivar el ocio, el cine, la lectura.

Todo ello nos ayuda a vencer el hábito del tabaco.

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