Valoración y estudio de la alimentación del paciente y propuesta de corrección de hábitos. El objetivo debe ser adelgazar y no volver a engordar, mediante dietas médicamente correctas, suficientes y agradables. Es recomendable aprovechar el verano para mejorar nuestra alimentación y hacer ejercicio. Hay que desconfiar de las dietas relámpago y comenzar el verano con nuevos y saludables hábitos que deberán mantenerse pasadas las vacaciones. Conviene aumentar el consumo de frutas, verduras frescas y pescado: una agradable forma de mantener el peso ideal y combatir el calor. Es necesario, además, hidratar correctamente el cuerpo, consumiendo al menos dos litros de agua o zumos naturales.

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