Con la llegada del buen tiempo es importante corregir las varices o dilataciones venosas o arañas vasculares. Según las estadísticas un 70% de la población presenta varices, varículas o telangiectasias, se acompañen o no de molestias. Con diferencia, este problema se presenta mayoritariamente en mujeres más que en varones.

La variz es una dilatación permanente, difusa y localizada de la pared venosa provocada por un fallo de las válvulas que, instaladas en el recorrido del sistema venoso, impiden el reflujo sanguíneo.

Tienen varias posibilidades de tratamiento y es la propia variz la que indica el tratamiento ideal, láser, esclerosis o cirugía. También según la localización emplearemos una técnica u otra.

Básicamente debemos diferenciar los tratamientos quirúrgicos o no quirúrgicos. El tratamiento quirúrgico debe reservarse a aquellas venas que por su grosor o por el fallo del sistema venoso y de sus válvulas requiera de una acción más intensa.

En cuanto a los tratamientos médicos podemos tratarlas mediante la esclerosis química, que consiste en infiltrar en el interior del capilar una sustancia que lo irrita por dentro, lo colapsa, con lo cual impide el paso de la sangre por ese capilar. Este se convierte en un cordón fibroso que el cuerpo se encarga de eliminar. Es un tratamiento sencillo, que requiere varias sesiones, no dolorosos, y con algún efecto secundario pasajero como hematomas, coágulos y pigmentaciones.

Esta técnica se puede mejorar para tratar algunas venas más gruesas formando con esa sustancia una espuma que va aumentar la superficie de contacto, con lo cual aumentamos la eficacia del tratamiento.

Otro tratamiento posible es el láser, pero no todas las venas pueden tratarse con ésta técnica. En cambio, en las venas faciales los láseres son los tratamientos de elección.

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